Exquisita cena ayer en el restaurante Colón, de Castro Urdiales.
Con motivo de la celebración de dos cumpleaños, fuimos a cenar a este restaurante que ya conocía por su menú de mediodía, pero que me sorprendió con su carta y más con las sugerencias aportadas.
Comenzamos con una ensalada templada de bacalao con salsa de aceituna triturada. Hojas tiernas de lechuga, tomate cherry con sabor y unos trozos de bacalao blanco nacar en tu punto.
Pedimos unas croquetas caseras de jamón con una bechamel suave y cremosa por sugerencia del chef que hicieron las delicias de nuestro paladar.
Y como plato estrella nos ofrecieron una deliciosa lubina fresca para 5, enorme, en su punto, jugosa, puro Cantábrico en la boca.
Los postres no se quedaron atrás, tiramisu, y bizcocho de chocolate caliente con helado de fresa y turrón.
El vino elegido fue un albariño de las rías baixas muy agradable, afeitado, y poco ácido.
Nos invitaron a unos chupitos para ayudar con la digestión, que desde luego no fue nada pesada.
Una cena muy equilibrada de auténtico lujo.
Sin duda un lugar muy recomendable, con un acogedor y tranquilo comedor que la única pega que puede tener es q no cuenta con vistas, sin embargo suple con creces este detalle ofreciendo una calidad extraordinaria.
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