PALENCIA HISTÓRICA

Catedral de Palencia

En la festividad de san Antolín 2 de septiembre, en Palencia se abre la cripta de la Catedral para ofrecer el agua de su pozo a los asistentes, tradición muy arraigada entre los palentinos. Después de esto y de la eucaristía, parte una procesión desde la catedral por las calles de la ciudad.

En una capilla de la catedral palentina se veneran parte de los restos mortales del Santo, consistentes en uno de sus omóplatos y parte del brazo, que le fueron seccionados, según la leyenda, en su martirio. Son las únicas reliquias que restan, pues las demás desaparecieron en Francia durante las Guerras de religión en el siglo XVI.


patio interior de la catedral

LA CRIPTA DE SAN ANTOLÍN



Antolín de Pamiers fue un mártir visigodo de la Galia que vivió en los siglos V y VI, venerado como santo por las iglesias católica y ortodoxa. Al menos parte de su hagiografía es legendaria, y son pocos los datos precisos que de este santo se poseen.
Fue ejecutado, según la leyenda, por no abrazar el arrianismo junto a dos discípulos, Juan y Almaquio, que reciben culto junto a él.

Algunas de sus reliquias que se conservan en Palencia, fueron llevadas allí por el rey visigodo Wamba desde Narbona, según la tradición. 
Es también patrón de la ciudad española de Medina del Campo y del gremio de los cazadores. 
La iconografía habitual del santo le representa como un hombre joven, ataviado con la dalmática propia de los diáconos, portando casi siempre una palma alusiva al martirio, y, como atributo más característico, un cuchillo u hoja afilada clavado en su hombro o en la parte inferior del cuello. 

La Cripta de San Antolín

Cuenta la leyenda  que el rey don Sancho III, hallándose de caza en la espesura de un bosque, en el lugar donde hoy se extiende la ciudad de Palencia, divisó un jabalí, que en su huida fue a refugiarse en una oquedad del terreno (la cripta de San Antolín, aún en pie hoy bajo la catedral gótica de la ciudad). 
Adentrándose el rey en la misma, se disponía a lanzar una flecha para matar al animal, cuando su brazo quedó paralizado, comprendiendo el rey que estaba en un lugar santo y que había sido castigado por cometer sacrilegio. 
El monarca hizo entonces un voto por el que si recuperaba de la repentina parálisis levantaría una catedral en el lugar.
Al instante quedó curado.
Agradecido el rey Sancho por el milagro, y halladas las reliquias del mártir que habían quedado abandonadas durante la invasión musulmana, se erigió el templo en cumplimiento de la promesa. 
Debido a esto la catedral palentina está dedicada a San Antolín.

Estos son los restos de la catedral visigótica del siglo VII

actual acceso a la cripta a través de este arco del siglo XVI



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