CONTEXTO COEDUCATIVO

 ANÁLISIS DEL CONTEXTO COEDUCATIVO DE MI CENTRO ESCOLAR




El análisis del contexto educativo que se muestra a continuación, responde una serie de preguntas formuladas para realizar un diagnóstico de la realidad del centro educativo y tratar de mejorar las condiciones del proyecto coeducativo que se pretende implantar en los próximos cursos y que han sido descritas en el DAFO que acompaña esta entrada.


Tras una intensa labor de observación y una evaluación de las actuaciones realizadas con anterioridad, podemos afirmar que por un lado, entre las fortalezas halladas se encuentra la de contar con un claustro que se muestra sensible a la necesidad de fomentar una participación equitativa del alumnado en las aulas. Como primera medida tomada, el alumnado se reparte entre las dos líneas de las que consta el centro, con similar número de niñas y niños en las aulas. 

Esta medida no garantiza por si sola la participación igualitaria de niñas y niños en las actividades, proyectos o situaciones de aula. Sin embargo, debemos entender que la toma de esta decisión estará respaldad por el criterio y el fin que el profesorado se compromete a cumplir.

Otra de las ventajas que podemos señalar es la realización de actividades, a lo largo del curso escolar en la modalidad multinivel. Éstas están dedicados a profundizar en saberes de la vida cotidiana tales como talleres de cocina, desayunos saludables, taller de decoración, teatro, manualidades o yincanas deportivas. Durante estos momentos, se forman grupos de distintas edades en los que cada quien, atendiendo a su diferente nivel de desempeño, puede y debe aportar para llegar a una meta común que culminará con la atribución de gratas valoraciones personales  repercutiendo positivamente en el desarrollo curricular. 


Nuestra labor docente se ven reforzada gracias a la participación gran parte del profesorado que responde y se compromete con los proyectos o retos que se plantean. El trabajo cooperativo, en el que llevamos unos años formándonos, supone una gran oportunidad para desarrollar nuestra labor educativa con un enfoque coeducador. 

En este sentido, cabe destacar una de las actuaciones que se ha realizado en cursos anteriores sobre formación en lenguaje no sexista. Su buena acogida entre la mayoría, ha dado como resultado la actualización paulatina de los documentos de centro, desde las programaciones a las circulares que se envían a las familias, pasando por la documentación institucional. 


Por otro lado, consideramos como una debilidad en nuestro propósito de mejora la ausencia de consenso en cuando a la utilización de los espacios para el recreo. Por el momento no se ha llegado a tomar decisiones ni acuerdos con respecto a su uso. Entendemos la importancia que tienen para nuestro alumnado los periodos de descanso, durante los cuales tienen la oportunidad de relacionarse entre iguales y en los que observamos comportamientos que reflejan la realidad de la sociedad heteropatriarcal que les rodea. Los niños juegan competitivamente al balón utilizando la pista casi al completo mientras que las niñas dicen disfrutar en las zonas periféricas charlando y mirando de reojo el balón para no ser golpeadas. 

En cuanto al uso, casi exclusivo, del libro de texto como material de referencia podemos afirmar que supone un riesgo puesto que se trata de un recurso limitado en el que depositamos nuestra confianza  sin la realización de un  completo análisis del contenido. Aspectos como el reflejo de estereotipos de roles de género, utilización de lenguaje inclusivo, existencia de paridad en referentes o corresponsabilidad de tareas domésticas deberían ser valorados para que no suponga una reducción de la efectividad de nuestro proyecto. 

Finalmente destacamos, una vez más, como una amenaza el diseño de los patios.  Estos espacios están construidos con suelo de hormigón, y se componen de una pista de futbol además de unas canchas de baloncesto en el recinto más amplio, y un pasillo ancho alrededor del edificio. Ambas zonas carecen de vegetación, zonas de sombra o cubiertas que resguarden al alumnado de las inclemencias del tiempo e, incluso, se aprecia escasa presencia de papeleras. 


Como conclusión, podemos afirmar que la situación del centro con respecto al desarrollo de la actividad docente coeducativa se encuentra en proceso. Somos conscientes de los logros alcanzados hasta el momento, sin embargo, tenemos muy presente la cantidad de trabajo que aún queda por hacer. Si nuestro objetivo es lograr una correcta socialización de nuestras niñas y niños para que sean futuras personas igualitarias, debemos afrontar esta tarea con dedicación, esfuerzo pero también con mucha ilusión. Marcaremos metas a corto plazo que nos permitan observar el progreso y valorar si nuestras acciones van encaminadas al fin que nos proponemos. Dedicaremos tiempo a pensar en alternativas para disfrutar de  tiempos de recreo que faciliten relaciones saludables, el diálogo o el juego no competitivo. Debatiremos la puesta en marcha de un huerto urbano con el fin de establecer responsabilidades acordes a los objetivos de la Agenda 2030.

Será necesaria una revisión de los libros y una valoración de propuestas de innovación educativa como trabajo por proyectos, fomento de la participación escolar, aprendizaje de servicios, todo ello vertebrado por un marco de trabajo cooperativo que ya tenemos en marcha. 


















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